Educación : un artículo de lujo para el Gobierno de López Obrador.
Entonces ¿Qué será de nosotros ante la globalidad? ¿Cómo enfrentaremos nuestras vidas con tan pocas estrategias educativas en México? Creo que la respuesta es clara: la educación es un lujo en nuestro país.
Si investigamos sobre el rezago en México, la brecha se expande épicamente. Pensemos por un momento en cuantas personas tienen un hogar, cuántas tienen energía eléctrica, cuántas tienen un televisor o qué porcentanje pudo mantener su trabajo. En éste entendido, menos de la mitad del país pudo continuar con sus estudios. La idea del Gobierno Federal de "seguirnos educando" con estrategias anquilosadas, nos ha minado (social e individualmente) tanto como la emergencia que nos ha llevado a distanciarnos.
Ahora pensemos en la tecnología y en la "estrategia" digital de conectarnos para seguir aprendiendo. Claramente hay una brecha económica que ha alejado las oportunidades educativas y laborales en este país; ahora, debemos sumarle otras "distancias" como al edad, el acceso a las tecnologías y cómo poder pagarlas. Así, educarnos nos reclamaría, al menos, 4 impuestos más, es decir un 325% más del costo que debieramos pagar.
El IEPS, es un impuesto que históricamente se le impuso al champange y al Caviar; se les denominó como "artículos de lujo" en nuestro país y es este mismo impuesto el que se le aplica al acceso de servicios de internet. También, aunque la educación es "gratuita", plataformas como zoom, teams o meet, dependen de servicios que debemos pagar como el internet o los "datos", que en el fin de democratizar y terminar con el conservadurismo, debiesen ser proporcionados por la Federación a aquellos que no pueden pagarlos.
Para otros niveles educativos, comprar cursos, entrar a diplomados o simplemente seguir preparándose, nos cuesta casi el 21.5% de nuestros ingresos mensuales dado el impuesto aprobado en 2020 por los legisladores de Morena.Entonces, ¿Cómo podría pensarse una educación para todos y todas? creo que la respuesta depende de la exigencia de la sociedad mexicana, una exigencia polarizada más por un afecto político que por el futuro de nosotros.